País inviable
- sabaterprensa
- 19 dic 2017
- 1 Min. de lectura

Este país es inviable. No puede ser. Nada puede ser. Cuando ganan las elecciones hacen lo que quieren. Cuando las pierden, también. Unos y otros y los otros. Nadie se pone de acuerdo. A nadie le importa el país sino sus propias opiniones. Cuando hay que crear un partido político y ganar las elecciones y se hace, la soberbia y la insensatez van de un lado a otro como si se tratase de una fuerza maligna que debe estar. No importa de qué lado pero ahí tiene que estar. Como si se tratase de algo imposible de exorcizar. Derecha, izquierda, centro... violencia, golpe e inconstitucionalidad. Todo en una nada absoluta que a veces quiere nacer; pero la abortan porque no vaya a ser que podamos empezar a ser algo y después qué hacemos. A qué nos dedicamos sino es a protestar, gritar, golpear cacerolas y desear que se vayan para que vuelvan otros y todo vuelva a empezar. Estamos en un laberinto sin salida. Muchos me creen escéptico pero la reciente historia de mi vida así lo demuestra. Mientras otros salen, sonríen y conviven, nosotros nos enredamos más. Porque parece que nos gusta el sufrimiento y el dolor. Salvo cuando gana la selección de fútbol que es lo único que nos une. Si ganamos. Sino ahí también nos enredamos. Llegué a la mitad de mi vida (si tengo suerte!) y, pasando por dos generaciones de inmigrantes que llegaron a este país, estamos peor. Más agresivos e intolerantes. Qué esperanza se puede tener???
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